CARTILLA LA ALEGRÍA DE LEER.
Hoy quiero hacer memoria en los visitantes de esta red social sobre una maravillosa cartilla con la cual aprendimos a leer y a escribir muchas generaciones. Se trata de las cartillas LA ALEGRÍA DE LEER. Narra la Historia que es de la autoría del Abogado EVANGELISTA QUINTANA RENTERÍA nacido en la ciudad de Cartago Valle del Cauca. Y así aparece en las mismas. Sin embargo existen en Cartago personas que controvierten este autor, (Presbítero Cesar Echeverri Delgado quien lo conoció personalmente), protegiendo que la verdadera autora era su esposa SUSANA DE QUINTANA, pues ella se desempeñaba como educadora graduada y se había especializado en la república de Chile de donde era oriunda. También realizó un estudio sociológico sobre los tribunales para menores en la ciudad de Cali y un TRATADO MODERNO DE MECANOGRAFÍA Y CORRESPONDENCIA COMERCIAL, que también lo realizó en la ciudad de Cartago Valle del Cauca. Narra los cronistas que en 1930, Evangelista Quintana escribió el primer volumen de la cartilla La Alegría de leer, una cartilla de lectura y escritura para el primer año escolar. Fue, antes de las obras de García Márquez, el libro colombiano más vendido en América. Sus tomos superaron el millón de ejemplares. Aseguran que llegó a superar en ventas al CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA DEL PADRE GASPAR ASTETE. Como quien dice, un verdadero Best-Seller para nuestra época. Evangelista Quintana Rentería, estuvo en París en 1928 en el VII Congreso Internacional de la Infancia y fue delegado al Primer Congreso Americano de Amigos de la Infancia de Buenos Aires en 1938. No entendemos la razón por la cual este personaje es tan ignorado en su patria natal, la ciudad de Cartago Valle del Cauca, en donde el autor llegó a ser propietario del ala sur de la CASA DEL VIRREY. Imagínense que no existe siquiera una placa en su honor. Ni siquiera la Biblioteca municipal lleva su nombre y le fue asignado el de Marco Fidel Suárez, un personaje que nada significa para la ciudad. A pesar de haber sido el primer magistrado de la nación, nunca visitó la ciudad ni por equivocación.









